VOY A HABLAR
Voy a hablar
Mezcladamente
De la Argentina.
De mi familia,
De política,
De literatura,
Y demás yerbas.
Por ejemplo
Voy a hablar
Del argentinito,
argentinito.
Del argentinoide,
argentinoide.
De lo argentinamente.
Del argentinazo.
De argentinizar.
De desargentinizar.
De lo ultra-argentinamente.
Y porque no
De los aiges.
Y a ellos les digo
Lo primero que se me ocurre.
Que es lo siguiente :
Por favor, aiges del mundo uníos.
Que esa es la ley primera.
Y ante todo antes de seguir
aclaro para no confundir
que está aige y están los aiges.
Está aige que esto escribe y están los demás aiges que nada escriben
salvo mi primo Tito habitante y líder de los escritores de la pujante ciudad de Casilda.
Ambos sacrificados vagos, (perdón) artistas
A puro pecho y con muchísimos huevos
Para salvar el honor de la familia.
En medio de una época bastante triste.
Ridículamente fallida esta época
Que no cree en nada profundamente vertical
Salvo en ningunear y ningunear.
Del ambiente literario y demás ambientes mejor ni hablar.
Por eso digo con jubilo de orgullo nacional
Vos que sos ultra-puro-argentino
Es decir
Pura marca nacional
Es decir
Que amas el fútbol y el mate no lavado.
Y entre algún que otro gol
Y mate y mate
Repetís y repetís
Alguna que otra frase del General.
“Por ese gran argentino...ponpóm, ponpóm”.
Pero digamos la pura verdad,
para un argentino no hay nada mejor
que ver rodar una pelota
con un buen mate no lavado
entre mano y mano.
Y aclaro que no estoy hablando acá
De aquel ridículo poema
De don Ezequiel Martínez Estrada.
Ni siquiera de Borges
Por haberle puesto tantas estrellas
A los poemas de don Ezequiel
Que terminó estrellándolo contra el fango.
No, sólo hablo del orgullo estrictamente nacional.
Sólo hablo claro está de los argentinos, argentinitos,
argentinoides, argentinazos.
Y por supuesto de los aiges, aigesitos,
aigenoides, aigenazos.
Perdón, pido perdón a todos.
Un saludo y un abrazo.
Que más da.
Un saludo y un abrazo.